lunes, 31 de diciembre de 2012

Lendoiro, dispuesto a hundir al Deportivo

La situación del Deportivo se agrava por momentos. Tras afirmar que el club va a solicitar de forma inmediata la entrada en la ley concursal, tal acción no acaba de hacerse efectiva. De este modo, existe el riesgo de que diez millones de euros que deben abonar próximamente los operadores de televisión vayan directamente a Hacienda (como ocurre con todos los ingresos de la entidad desde que se aplica el embargo a favor de tal institución) y no puedan ser utilizados para pagar lo que se debe a los jugadores, cosa que sí sería posible con el club sometido a dicha ley.

En el plano deportivo, el equipo está cada vez más próximo a Segunda División. Ayer Lendoiro despidió a Oltra, sustituyéndolo por Domingos Paciencia, entrenador luso representado por Jorge Mendes, un conocido agente portugués que, al parecer, se lleva a partir un piñón con Lendoiro. Mendes ya colocó en el Deportivo a un puñado de medianías este verano y no hay motivo para suponer que Paciencia tenga más categoría. Curiosamente, Lendoiro mantuvo a Lotina hasta el final hace dos temporadas, con lo que el equipo terminó descendiendo.

Las relaciones de Lendoiro y Mendes son un misterio. La demora en la aplicación de la ley concursal, otro (¿la está retrasando Lendoiro porque perdería el control del club, porque podrían quedar al descubierto los malabarismos que hizo con sus fondos, o por algún otro motivo desconocido?). Tampoco parece factible echar a Lendoiro (asegura representar a más del noventa por ciento de los socios), a menos que el administrador concursal por designar saque a la luz cargos graves contra él.

Así, entre una cosa y otra, los augurios sobre el Deportivo para el 2013 no son nada buenos.


Prolegómenos del partido Deportivo-Levante (0-2) del 18 noviembre 2012.
Foto: MSL.

martes, 18 de diciembre de 2012

Barreiros,Murado, Rolland y La Voz de Galicia

La Voz de Galicia (LVG) es mi periódico. Al margen de desacuerdos puntuales, me gustan su forma de seleccionar y presentar las noticias y los periodistas del diario. Todos menos tres.

LVG está contra Lendoiro, presidente del Deportivo. Comparto ese sentimiento. El club no podrá arreglarse mientras Lendoiro siga al frente. Pero eso no significa que haya que ensañarse con el equipo y la pésima trayectoria que lleva este año en Primera División. El jefe supremo de los ataques al Deportivo es Pedro Barreiros, que escribe las crónicas de los partidos del equipo. En la correspondiente al encuentro de ayer afirma que el Valladolid dominó a los coruñeses. Números: 10 córneres para el Deportivo, 0 para el Valladolid; 22 remates del Deportivo, 9 para el Valladolid. ¡Si llega a dominar el Deportivo...!

Miguel Anxo Murado va de superprogre y, sobre todo, de periodista original. Furibundo antiestadounidense y antiisraelí, no se recata en volcar sus opiniones en todo lo que escribe, sin importarle que sea cierto o no o que un periodista debe actuar con más comedimiento. Ha negado la existencia del grupo terrorista Septiembre Negro, ya finiquitado, y ha asegurado que los mormones no son cristianos. Boutades de un individuo que se muere por llamar la atención.

Eduardo Rolland, antiguo periodista de Faro de Vigo, ferozmente anticoruñés, se ha especializado en narrar anécdotas sobre la historia de Vigo o su carácter actual. Ahora bien, si lo que le sale es un artículo laudatorio a la ciudad a la que ama por encima de todo, siempre e invariablemente tiene que incluir una comparación en la que, supuestamente, La Coruña sale perjudicada. ¿No habrá un psicólogo que le explique que se puede ser perfectamente feliz en Vigo y con lo vigués sin necesidad de compararse con nadie? ¿Cómo sobrevivirá si, por un casual, La Coruña desaparece de golpe del mapa?

Alguien en LVG debería repasar los escritos de estos tres señores y luego actuar en consecuencia. Porque, la verdad, algunos lectores, que, en definitiva, somos quienes mantenemos el periódico, estamos empezando a estar un poco hartos de ellos.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Mi Deportivo en apuros

Transcurridas quince jornadas del campeonato de Liga de Primera División de fútbol, mi Real Club Deportivo de La Coruña ocupa el último lugar de la tabla, con once miserables puntos. La situación es grave, no sólo por el grave riesgo de descenso a Segunda, sino porque ello muy probablemente comportaría la desaparición del club, o, como mínimo, el descenso administrativo a Segunda B.

Hemos llegado a este punto por una serie de factores. Dejando aparte la contribución del presidente, Lendoiro, que consiguió la cesión para esta temporada de unos cuantos portugueses que no podrían jugar ni en la Tercera española, y de un español absolutamente nulo (Camuñas, procedente del Villarreal), el entrenador, José Luis Oltra, empieza a acumular demasiados errores. Voy a mencionar dos de ellos.

A Oltra le gusta el fútbol abierto y de ataque. Su idea le funcionó la temporada pasada, en Segunda. Pero no puede seguir aplicándola con carácter generalizado en Primera. En algunas ocasiones hay que hacer un juego más defensivo. Véanse al Getafe, que ocupa una posición desahogada, y al Levante, peleando por situarse entre los cuatro primeros. Ambos equipos aburren a las ovejas con su juego (yo los vi a ambos en Riazor esta temporada), pero suman puntos.

Oltra, contrariamente a lo que hacía Lotina, el entrenador que le precedió, se aferra a un sistema y a unos jugadores hasta que alguna circunstancia terrible le obliga a cambiar. Así, mantiene contra viento y marea un 4-2-3-1 que no le funciona en defensa y aguanta en el equipo titular a Aranzubia (que lleva una racha de cantadas espectacular), a Valerón (ya lo quemó y el excelente jugador apenas puede aportar nada) y a Aguilar (bajísimo de forma); además, el primer suplente es siempre Camuñas, al que ni se ve en el campo. Le ruego a Oltra que sea un poco más flexible.

Como no me gusta criticar sin proponer alternativas, aquí va mi sugerencia: Lux; Laure, Marchena, Zé Castro, Manuel Pablo/Seoane; Aguilar/Vázquez, Bergantiños, Domínguez; Pizzi; Riki y Bruno. Puede contarse también, si recuperan la forma, con Aranzubia; Aythami, Insua, Seoane/Manuel Pablo; Vázquez/Aguilar, Valerón; Oliveira, Salomao. Descartados definitivamente Evaldo, Thiago, Roderick, Santos, Camuñas, Bodipo, Saúl.

En todo caso, siempre ¡Hala, Deportivo!

Palabras y sucesos célebres, 4: los dictadores de Murado

Ya podemos estar tranquilos: Franco no fue un dictador. Así se desprende al menos de lo que asegura hoy en un artículo Miguel Anxo Murado, periodista de La Voz de Galicia. Para este señor, Hugo Chávez no es un dictador.

Murado es un tipo prepotente y maleducado. Tengo la prueba en la respuesta que dio en la sección de Cartas al director a una queja previa mía en la misma sección acerca de cómo había presentado una noticia. Además, su profunda antipatía hacia el estado de Israel (a lo cual tiene derecho) le lleva a mentir sistemáticamente cada vez que habla del conflicto árabe-israelí (eso es indigno de un periodista). Y ahora dice que Chávez no es un dictador.

Es cierto que Chávez es presidente de Venezuela como resultado de unas elecciones aceptablemente limpias. Pero años atrás intentó hacerse con el poder mediante un golpe de estado que fracasó. En la actualidad, gobierna a su antojo y sus seguidores intimidan, cuando no matan directamente, a cualquiera que no muestre una devoción incondicional hacia el caudillo bolivariano. O sea que yo lo veo como un dictador, si no de iure, sí de facto.

También Franco se sometió a las urnas. El pueblo español aprobó en referendum las Leyes Fundamentales que le proponía aquél. Y tal referendum contenía, como coletilla, la pregunta acerca de si los españoles querían que Franco siguiera en la jefatura del estado. Diferencias de matices, que no de fondo, con Chávez.

Excelente, señor Murado. Nunca había imaginado que en su continuo esfuerzo por dárselas de original y enterado llegaría a retirar el calificativo de dictador a Franco. ¿O es que a Franco se le aplican reglas distintas de las vigentes para Chávez?

Palabras y sucesos célebres, 3: los alegres rectores españoles

Los rectores de cincuenta universidades españolas han firmado un documento conjunto en el que dicen que los recortes en la educación universitaria y la investigación son muy malos para el país. Tienen su punto de razón. Pero no se les ocurre completar el análisis sugiriendo el cierre inmediato de la mayoría de las universidades españolas, surgidas como hongos en la época en la que hacíamos nuestro el lema de Buzz Lightyear en Toy story: "Hasta el infinito y más allá".

Habría sido mejor y más barato tener unas pocas universidades bien dotadas en recursos y grupos investigadores y una acertada provisión de becas que poner una facultad o una institución en cada pueblo, que fue lo que se hizo en la época de bonanza económica bajo el impulso de los demenciales localismos españoles.

Nos quejamos del gobierno, no sólo por las medidas que adopta, sino también porque miente u oculta parte de la verdad. ¿Vamos a permitir a los rectores, defensores del saber científico y humanístico, que hagan exactamente lo mismo?

lunes, 3 de diciembre de 2012

Por encima de las posibilidades

Mi amigo Qam rechina los dientes y hierve de ira cuando escucha que "estamos en crisis porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades". Dice que él jamás hizo tal cosa y que, por tanto, no acepta las medidas que se toman para, en teoría, arreglar la caótica situación en la que nos encontramos; es decir, está suponiendo que el resto de los españoles se han comportado como él. Por lo que sé, estoy completamente seguro de que Qam jamás vivió por encima del nivel de vida que le permiten sus ingresos. Pero pienso que Qam no es más que una de las pocas excepciones que uno puede encontrar en España. En otras palabras, yo sí creo que hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades y que ahora estamos sufriendo las consecuencias de nuestros pecados pasados. Y, por si se sienten inclinados a dar la razón a Qam antes que a mí, les ruego que antes de pronunciarse definitivamente tengan en cuenta lo siguiente.

Varias personas de mi familia más o menos próxima son claros ejemplos de gente que ha vivido por encima de sus posibilidades. Recuerdo una ocasión en la que traté de hacer ver a una de ellas que no podía seguir gastando más dinero del que ingresaba. Esa persona me respondió que tenía todo el derecho del mundo a disfrutar de la vida. Después no se cortaba en absoluto a la hora de solicitar a los miembros de la familia el dinero que necesitaba para cubrir sus deudas. Y de nada sirvió que yo le dijese que prefería un Jaguar al coche del que disponía, pero que no me daba el sueldo para comprarlo y que, por tanto, debía aguantarme.

Mi esposa trabaja en una entidad bancaria (vade retro) y está harta de ver dos tipos de comportamiento; el de la pareja joven con unos ingresos (precarios) de mil o mil quinientos euros mensuales que solicita una hipoteca que se traduce en una cuota de setecientos u ochocientos euros sólo porque se ha encaprichado de un piso determinado, y el de la pareja con sueldos (consolidados) del orden de los diez mil euros mensuales que están hasta las cejas de deudas (las tarjetas de crédito están quemadas, los créditos personales están agotados) sólo porque se siente obligada a mantener un determinado tren de vida.

De todos modos seamos justos. Ni mis familiares manirrotos, ni esas dos parejas arquetípicas tienen la importancia suficiente como para causar un cataclismo como el que estamos soportando. Pero díganme si lo que voy a citar es realmente vivir o no por encima de nuestras posibilidades: construir obras públicas faraónicas (la Ciudad de la Cultura en Galicia, la Ciudad de las Artes en Valencia), tener líneas de AVE (Toledo-Albacete) con nueve pasajeros diarios, construir aeropuertos sin aviones (Castellón), comprar juguetes militares, desplegar un ejército en los Balcanes, Afganistán el Índico o Haití, mantener embajadas hasta en el último rincón del mundo, establecer una universidad en cada esquina, mantener cuatro niveles de administración (local, provincial, autonómico y nacional) que sólo sirven para estorbarse, duplicar cuerpos policiales (Policía Nacional y Guardia Civil), mantener un Senado inoperativo, subvencionar películas (muchas de las cuales no llegan ni a estrenarse), pagar las fiestas de cualquier ciudad o pueblo, pujar por ser salida o fin de etapa de una vuelta ciclista, tolerar las deudas con Hacienda de los clubes de fútbol, pagar 2500 euros por cada nacimiento, quemar dinero en los partidos políticos y los sindicatos, sostener incontables cadenas públicas de televisión (en Cataluña llegó a haber siete simultáneamente y me refiero sólo a las de titularidad autonómica), construir un circuito de automovilismo, llegar con autopistas o autovías hasta el pueblo más remoto, tener el sistema sanitario más caro de Europa, etcétera.

Todas ellas fueron decisiones de distintos gobiernos. Unos gobiernos que, o bien eran unos insensatos, o bien creían que se podía vivir por encima de las posibilidades del país sin que pasara nada. Y llegamos así a deber una cantidad prácticamente igual a la del Producto Interior Bruto anual. Y, claro, los que nos han prestado tanto dinero se han cansado y quieren cobrar. Así que no queda más remedio que recortar, tanto para no incurrir en nuevos gastos, como para intentar ahorrar algo con lo que ir pagando lo que debemos.

Es evidente que el orden y la prioridad de los recortes son discutibles. Desde luego, el gobierno actual, como el que le precedió, parece estar metiendo la pata en ese aspecto. Pero ése es otro tema. Lo que quería decir aquí es que, nos pongamos como nos pongamos, no podemos escapar a los recortes. Y es que, lamentablemente y le pese a quien le pese, es cierto que hemos vivido muy por encima de nuestras posibilidades.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Feminismo

Hace unos pocos días leí un artículo periodístico en el que el autor declaraba que, si estábamos de acuerdo con la idea de que las mujeres tienen los mismos derechos que el hombre, todos somos feministas; en esa línea de razonamiento propugnaba que todos nos declarásemos feministas. Pues lamento muchísimo no estar de acuerdo con el buen señor.

Para justificar mi postura podría empezar por cuestiones lingüísticas, si bien reconozco que son meramente subjetivas. Si acepto lo que dice el articulista, ¿eso implica que ser machista es defender que los hombres tengan los mismos derechos que las mujeres? Evidentemente, no es así como entiende el término la mayoría de la gente. Entonces, ¿por qué su simétrico, feminista, se acepta en otro sentido?

En segundo lugar, yendo a cosas más relevantes, me niego en redondo a hablar de derechos específicos de hombres o mujeres. Para mí sólo existen los derechos de las personas, con independencia de su sexo o edad. Porque, si tiramos por ahí, ¿por qué no nos hacemos niñistas, o negristas, o abuelistas, o...? En muchos países y en determinados contextos los niños, los negros, la gente de la tercera edad, los homosexuales, los inválidos,... están en una situación mucho peor que las mujeres. Por eso no creo que deba existir una protección específica de las mujeres (el feminismo), sino una protección generalizada de las personas más débiles por un motivo u otro.

Nuestros brillantes políticos nos colaron de rondón una ley según la cual ciertos delitos cometidos contra las mujeres se castigan con penas mayores que sus equivalentes contra los hombres. Dejando a un lado el mayúsculo olvido de otros colectivos, la ley es claramente inconstitucional porque introduce la discriminación por sexo. Bastaba con decir que se castigaría con mayor firmeza a quien hiciera uso de su mayor fuerza física, intelectual o económica para infligir daño a los demás para que la ley cubriera el objetivo buscado y fuera perfectamente constitucional.

Pero parece que ésta es una batalla perdida. El feminismo se ha hecho fuerte y ya no lo mueve nadie. Impone leyes (las de paridad son tan inconstitucionales como la de violencia), olvida a mucha gente desvalida, destroza el idioma, y predica el desprecio de los que no compartimos su credo. Así que ¡larga vida a las mujeres y sus derechos!

viernes, 23 de noviembre de 2012

Calladitos están más guapos

El decreto del gobierno imponiendo tasas a los ciudadanos que quieran llevar a cabo actos judiciales ha levantado un aluvión de protestas. No voy a entrar ahora a discutir si esa disposición es justa, injusta o sí pero no. Quiero fijarme en algunos de los que despotrican contra ella.

No sé por qué jueces, procuradores y abogados han levantado la voz más que nadie a la hora de pedir la retirada del decreto que estableció el "tasazo". A primera vista podría parecer que se solidarizan con los afectados y que defienden una justicia gratuita libremente accesible para todos. Y yo, a lo mejor porque hoy me levanté con el pie izquierdo y con ánimos beligerantes, sencillamente no me lo creo. Mi perturbada mente me hace creer que protestan porque temen que sus ingresos se resientan al disminuir el número de actos judiciales.

Que los abogados clamen contra los costes que se imponen a los ciudadanos figura en un lugar elevado en una hipotética clasificación de sarcasmos y similares. Por desgracia, estoy inmerso en un proceso en el que, por el momento, no me ha sido posible exponer mi caso ante un juez. Vamos, que todavía no llegué al momento de punto y final. Y mis dos abogados (primero uno, luego otro) me han sacado hasta ahora casi diez mil euros entre ambos. Si tan partidarios son de la justicia gratuita y accesible, ¿por qué no empiezan por rebajar sus tarifas?

En cuanto a los procuradores, confieso mi convencimiento de que moriré sin llegar jamás a saber para qué sirven y por qué deben cobrar a quienes quieren internarse en el proceso mar judicial. Nadie me ha explicado su papel. No conozco personalmente a nadie que esté al corriente del mismo. Lector compulsivo como soy, han pasado por mis manos montañas de libros ambientados en innumerables países; en ninguno de ellos aparece ni siquiera fugazmente algo que se parezca remotamente a un procurador. Entonces, ¿quién les dio vela en este entierro? ¿Por qué no se limitan a desaparecer, ahorrando a los españoles unos costes que nadie ha justificado?

Dicho sea de paso, podrían acompañarles en ese acto los notarios y los registradores de la propiedad (y no digo esto último porque el actual presidente del gobierno sea registrador). Evidentemente, su función es necesaria (al contrario que la de los procuradores), pero ¿por qué no la realiza gratuitamente una oficina pública en la que podemos colocar a unos cuantos funcionarios desocupados?

En principio, los jueces, que en teoría (supongo) no verían afectados sus emolumentos porque hubiera más o menos juicios y, también en teoría, deberían alegrarse de que el número de éstos se redujera, podrían tener más credibilidad en estas protestas. Alguien incluso podría llegar a pensar que realmente actúan en interés de los ciudadanos. Pero uno, animado de las mejores intenciones del mundo y lleno de buenos pensamientos por el desprendimiento de una clase tan influyente, va, se levanta, abre el periódico y lee algo sobre recientes actuaciones judiciales.

1) No se ha iniciado ninguna acción judicial para depurar responsabilidades e iniciar procesos penales si corresponde en el caso de la niña ecuatoriana que se suicidó por sentirse incapaz de seguir soportando el brutal acoso escolar (envuelto en racismo y xenofobia) al que era sometida en un colegio público de la provincia de Ciudad Real. Directivos y profesores del colegio y profesores de otros alumnos siguen con sus vidas como si tal cosa. Entretanto, fiscales y jueces cantan el Aserejé; eso sí, con toda la arrogancia del mundo.

2) El Tribunal Superior de Justicia de Galicia tumba un decreto del gobierno gallego sobre la utilización de este idioma en la enseñanza infantil; al parecer, el decreto violaba una ley anterior. Hasta ahí, no tengo nada que decir. Pero, no contento con eso, el Tribunal añade una homilía en la que conmina al gobierno a tratar decentemente el gallego, dado lo fundamental que es un idioma. Muy bien; aplaudamos con las orejas. Igual que hacíamos cuando los tribunales franquistas nos obligaban a ser católicos porque les salía de sus togas. ¿Quién coño es un puto tribunal de los cojones para decir a alguien lo que tiene que pensar o dejar de pensar?

3) Los mafiosos detenidos el mes pasado en un feroz ataque policial contra la mafia china en España (había decenas de miles de millones de euros por el medio) han tenido que ser puestos en libertad porque un juececito de mierda cometió un error técnico de primero de carrera.

¿Sigo hablando de los jueces y de su derecho a opinar sobre el decreto del gobierno? ¿Por qué no se dedican a repasar los fundamentos de su titulación y dejan que nos defendamos contra el "tasazo" nosotros solos? Seguro que nos va mejor; por lo menos, no tan mal como nos va si ellos y los restantes personajillos a los que me referí intervienen en nuestra ayuda.

jueves, 15 de noviembre de 2012

¿Solidaridad?

Permítanme proponerles un experimento mental. A fin de cuentas, tengo cierta formación técnica y científica y ese tipo de cosas me molan mucho.

Supongamos una empresa en la que se llega al acuerdo de que se dedicarán 10000 unidades a la remuneración anual de los trabajadores. También se acuerda que serán los propios trabajadores quienes decidan cómo se reparten esas 10000 unidades. Finalmente, se establece que los trabajadores decidirán en referendum con votación secreta cómo se efectuará dicho reparto. En el momento de firmar este convenio la empresa cuenta con 100 trabajadores.

Llegado el día de la decisión final, hay tres propuestas sobre la mesa, entre las que hay que elegir una.

1) La masa salarial total se reparte a partes iguales entre los trabajadores, con lo que corresponderán 100 unidades a cada uno. Debo precisar que ese salario es típico entre los trabajadores del mismo sector que desempeñan sus labores en otras empresas, así como que permite una vida sin lujos, pero sin ningún agobio.

2) Los trabajadores deciden rebajarse el sueldo hasta 80 unidades y emplear las 2000 unidades sobrantes de la masa salarial en contratar a 25 nuevos trabajadores (cada uno cobraría también 80 unidades) entre las personas que estén en paro.

3) Se decide despedir a 20 trabajadores y emplear las 2000 unidades sobrantes de la masa salarial en aumentar la remuneración de quienes continuaran en la empresa, que pasarían a tener un sueldo anual de 125 unidades.

¿Cuál sería su decisión en una situación como ésta?

¡Ah! Y recuérdenme que otro día les hable de diversos aspectos relacionados con la solidaridad.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Palabras y sucesos célebres, 2: Báez, fan de Salgado

Hace unos pocos días, Fátima Báez, ministra de Empleo, declaró algo así como que ya estábamos saliendo de la recesión y que se atisbaba el final de la crisis económica. Sus palabras seguían a la publicación, unas fechas antes, de los datos según los cuales más del 25 % de los españoles en edad de trabajar se encuentran desempleados.

Elena Salgado, cuando era vicepresidente económica del gobierno de Zapatero, afirmó que ya podía distinguir unos brotes verdes de esperanza, justo cuando la crisis empezaba a arreciar. Le llovieron críticas y sarcasmos desde todos los ángulos. Ahora Baéz hace prácticamente lo mismo, y yo me pregunto si el espíritu de Salgado se ha reencarnado en ella; si, al igual que cualquier otro político español, es incapaz de aprender nada de desastres anteriores, o si simplemente desconoce el proverbio árabe según el cual el hombre (y la mujer, me apresuro a añadir, antes de que me liquide alguna fundamentalista) es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras (¡qué magnífica oportunidad ha perdido para demostrar lo guapa e inteligente que es cuando está callada!).

miércoles, 24 de octubre de 2012

Palabras y sucesos célebres, 1: Beiras en Esparta

El 21 de octubre de 2012, tras conocerse los resultados de las elecciones al parlamento autonómico de Galicia, Xosé Manuel Beiras (Santiago de Compostela, 1936), líder de la coalición AGE (Alternativa Galega de Esquerdas), nacionalista de izquierdas, aseguró que su actuación en el órgano recién elegido sería como la de "los espartanos y espartanas que en las Termópilas pararon a los invasores" (yo escuché la declaración en directo; en internet hay muchas referencias a ella, entre las que se encuentra la recogida en http://www.elidealgallego.com/articulo/galicia/beiras-proclama-que-age-es-el-motor-de-un-nuevo-ciclo-historico-en-galicia/20121022030255082124.html, del 22 de octubre de 2012, que es la utilizada aquí). Se trataba de una referencia al PP (Partido Popular), ganador de las elecciones, y al que Beiras prometía acabar derrotando.

Al margen de tal referencia, y quizá por intentar sumarse a ciertas corrientes sociológicas actualmente en boga (algunas de las cuales se caracterizan por destrozar el castellano a la hora de intentar reparar las injusticias que se cometen contra las mujeres), Beiras posiblemente cometió dos errores de bulto, totalmente impropios de alguien como él, que es catedrático de Estructura Económica en la Universidad de Santiago de Compostela (véase, por ejemplo, http://es.wikipedia.org/wiki/Xosé_Manuel_Beiras, 22 de octubre de 2012).

Para quien no esté demasiado puesto en conocimientos históricos diré que las Termópilas es el nombre de un desfiladero entre la montaña y el mar que en tiempos antiguos controlaba el paso entre el sur y el norte de Grecia (véase, por ejemplo, http://es.wikipedia.org/wiki/Termópilas, 16 de octubre de 2012). Debido a esta circunstancia fue escenario de varias batallas. La más famosa fue la que tuvo lugar en el 480 a.C., en el marco de la Segunda Guerra Médica. Un ejército griego, de entre 5000 y 12000 combatientes, mandado por Leónidas I, rey de Esparta (nación-estado que contribuía con 300 combatientes a dicha fuerza), se enfrentó a Jerjes I, emperador de Persia, que mandaba a más de 100000 combatientes (algunas fuentes elevan este número a 400000). Pese a la brutal desproporción de fuerzas, los griegos aguantaron a los persas durante siete días, tres de ellos de batalla propiamente dicha.  Muertos Leónidas, sus 300 súbditos, los 700 tesios presentes y varios cientos más de soldados aliados, los persas se internaron en Grecia y tomaron Atenas. Finalmente, fueron derrotados en la batalla naval de Salamina.

Leónidas y su ejército combatieron bravamente, pero, contra lo que dijo Beiras, no pararon a los persas. De hecho, éstos se pasearon triunfalmente por Grecia hasta que fueron completamente sorprendidos en un choque naval.

En segundo lugar, ni yo, ni ustedes, ni Beiras estuvimos en las Termópilas, con lo que sólo podemos especular acerca de ciertos detalles. Pero, a partir de lo que se sabe de la cultura griega de aquella época, parece sumamente improbable que alguna espartana combatiera en aquel desfiladero (lo mismo puede decirse con relación a los persas). Así que lo de "espartanos y espartanas" queda muy políticamente correcto, pero tiene toda la apariencia de ser completamente incorrecto.

A propósito, eso de que se le caliente la boca y eche por ella cualquier cosa sin preocuparse de su exactitud es muy característico de Beiras, lo cual me hace sospechar que a los gallegos nos espera una legislatura tan entretenida como absolutamente inútil.

lunes, 22 de octubre de 2012

Apuntes electorales

Tras las elecciones al Parlamento de Galicia, en las que nos impusimos claramente los abstencionistas (830000 votos frente a 650000 de los segundos clasificados), el Partido Popular (PP) ha renovado e incrementado su mayoría absoluta. Ya se han dicho y publicado muchos análisis de los resultados electorales, pero quedan dos o tres detalles por mencionar y a ellos voy a referirme en esta entrada.

En primer lugar, me asombra el elevado número de personas que se sorprenden de la victoria del PP. Esas personas vienen a decir que la gente normal es de izquierdas, con lo que resulta extremadamente chocante el triunfo de la derecha. Quizá ese sector de la población pasa por alto que la izquierda suele proclamar sus ideas más abiertamente que la derecha. Así, la mayoría de los graffities que vemos en las calles reivindican posturas de izquierda, suele ser gente de izquierda la que interrumpe mítines o actos de la derecha, son jóvenes comunistas los que asaltan (recientemente, en Extremadura) un colegio religioso gritando que iban a quemar a los curas y los crucifijos, son dirigentes izquierdistas quienes tachan a sus homólogos derechistas de fascistas, perros o asesinos, y es la izquierda quien convoca huelgas generales. Puede que yo esté ciego o que la casualidad haya obrado su magia, pero no he visto pintadas clamando contra los rojos, no tengo noticias de derechistas alterando el desarrollo de actos de la izquierda y no sé de ninguna convocatoria de huelga general realizada por la derecha (al menos en la España teóricamente democrática que surgió en marzo de 1977 con la celebración de las primeras elecciones libres en muchos años). No estoy aplicando juicios de valor; sólo expongo mi hipótesis de que la izquierda es más visible que la derecha. De hecho, en un programa televisivo que se emitía tras conocerse los resultados electorales, la cadena VTelevisión, muy poco sospechosa de izquierdismo, ponía a pie de imagen una selección de los mensajes que muchas personas le enviaban por diversos medios; y tales mensajes eran mayoritariamente atribuibles a personas de izquierdas, cuando el PP acababa de conseguir un resultado excelente. Parecía como si los votantes de esta formación se hubieran ido a la cama tras la jornada electoral, dejando los análisis y los comentarios a los izquierdistas.

Si no se acepta esta mayor visibilidad de la izquierda (lo cual le da la apariencia de que tiene más peso social que el que realmente detenta), el paso siguiente consiste en denostar a los gallegos (y a quienes votan al PP en general). ¿Es que los gallegos no se dan cuenta de que el PP es el partido de los ricos, el que aplasta a la clase media, el que provoca un recorte en las libertades de las que disfrutábamos? ¿Es que los gallegos son tan tontos que se dejan manipular con tanta facilidad? ¿Es que la mayoría de ellos están comprados por el PP? Estos razonamientos, que he escuchado en muchas ocasiones, tienen varios puntos flojos. El principal es que no hay ninguna razón genética, sociológica o antropológica por la que los gallegos deban ser más tontos que la media de los seres humanos (todo lo contrario; ¿no podría ser que fueran más listos?). Lo de la manipulación es otro delirio similar; quienes sostienen este argumento ¿están afirmando que aproximadamente el treinta por ciento de la población gallega tiene tal debilidad mental que se traga cualquier tontería que quieran soltarle ciertos partidos? Y lo de la compra de votos por parte del PP tampoco es muy aceptable; sin negar en absoluto que hay mucho voto cautivo o deudor de favores, ¿es el PP tan rico como para sobornar a la tercera parte de los gallegos? Permítanme que lo dude, que lo dude mucho. Estos fallos lógicos tienen su origen en una sola causa: la de creer que estoy en posesión de la verdad absoluta, lo cual invalida cualquier pensamiento contrario a mis ideas. Yo soy izquierdista, yo tengo razón; luego la derecha es intrínsecamente mala. Insisto, sólo defiendo a los abstencionistas; así que hagan ustedes lo que quieran con la derecha. Pero admitirán que es muy improbable que todo, absolutamente todo, lo que hace esté equivocado o sea intrínsecamente perverso.

¿Cómo explico yo, entonces, la victoria del PP? Pues recurriendo a tres factores. Uno es que en Galicia el sistema electoral ha quedado al descubierto en sus desnudeces fundamentales; no se vota a personas, sino a partidos. En consecuencia, las listas electorales son superfluas; podrían incluir a Mickey Mouse, el Pato Donald, Papá Pitufo o Homer Simpson y los resultados no cambiarían (o quizá sí; tal vez la gente se tomara más en serio lo de elegir a sus personajes de cómic preferidos que lo de escoger diputados). Por lo tanto, sólo importa el candidato a la presidencia de la Xunta. Voto derecha, izquierda o nacionalismo dependiendo de quién sea el candidato. Y, mis queridos amigos, Alberto Núñez Feijoo resulta más molón que Pachi Vázquez, Francisco Jorquera o Xosé Manuel Beiras. Es más fácil ver a un tipo corriente y moliente en Feijoo que en cualquiera de los otros tres. Así que ahí la derecha ya contaba con un tanto a su favor. El segundo detalle es que los gallegos tienen memoria. Y la catástrofe total y absoluta que resultó ser el gobierno de coalición entre socialistas y nacionalistas que ocupó el poder en Galicia entre 2005 y 2009 todavía provoca muchos escalofríos entre quienes en principio se sienten inclinados a votar a estas formaciones. Finalmente, ¿alguien puede decir qué ofrecían Vázquez, Jorquera y Beiras si llegaban a gobernar? Los tres coincidían sin disimulos en que había que parar a la derecha o echarla de las instituciones, cuando no se reclamaban acciones más enérgicas. Pero, y después, ¿qué? ¿Alguien recuerda una sola idea en positivo de esos líderes? Entonces, ¿cómo pueden esperar que les vote mucha gente? Cierto, no es que Feijoo destacase en este apartado; tampoco se comprometió a nada. Pero los gallegos ya saben cómo es y qué pueden esperar (malo y bueno) de él, con lo que no es necesario que hable. Incluso es mejor que estuviera callado.

El PP tiene que mejorar mucho para sacar a Galicia de la depresión. Pero los otros tienen que hacer un esfuerzo doble en ese sentido. Y en ese esfuerzo va incluido lo de ofrecer algo, además del habitual fuera PP. Entre tanto, y por desgracia, los abstencionistas seguiremos ganando.

sábado, 13 de octubre de 2012

Un poco de sentidiño, por favor

Hace pocos días, un político español, realizando una demostración palpable del escaso nivel intelectual que caracteriza a la clase a la que pertenece, no tuvo mejor idea que soltar en público algo así como las leyes son como las mujeres; están para ser violadas. Ya pueden imaginarse la algarabía que se organizó; así que no voy a repetir aquí la sarta de lindezas que se profirieron en diversos foros contra el autor de tan contundentes palabras. Pero, puesto que éste es un blog bastante subversivo, permítanme que exponga otro punto de vista, que seguro que escandalizará a más de uno.

En primer lugar, me llama la atención que las protestas hicieran alusión, de forma casi exclusiva, al papel otorgado por el político a las mujeres. De eso deduzco, tal vez erróneamente, que violar leyes no es algo tan feo como violar mujeres. La verdad es que esta conclusión no me sorprende. En este país saltarse las leyes es algo tan natural que una buena parte de la población lo asume como perfectamente aceptable. No vayan a pensar que estoy comparando a las mujeres con las leyes. Lo único que pretendo es señalar que tan censurable es una violación como la otra. Es más, si me tocan mucho las narices, casi estoy dispuesto a afirmar que es más perseguible la referida a las leyes. A fin de cuentas, cuando uno se pasa una ley por el forro está perjudicando a varias personas, como mínimo, mientras que cuando uno viola a una mujer la perjudicada (mucho, por supuesto) es una sola. En otras palabras, esto nos retrotrae a la eterna comparación entre el bien común y el bien individual y a la consideración del valor que otorgamos a uno y a otro. Así que ruego a todos los protestantes de oficio que ejerzan mejor su profesión y que no dejen animaladas en el limbo sólo porque otras son más aparatosas.

En segundo lugar, estoy convencido de que el político en cuestión es imbécil. Pero también lo estoy de que no hizo nada que justifique la reclamación de dimisión (ya la presentó) o la exigencia de que lo destituyan. ¿O es que en este país no hay libertad de expresión? Seamos coherentes, por favor. Si ese individuo tiene que pagar por una frase improcedente, desafortunada, estúpida u ofensiva, ¿por qué no exigimos lo mismo para quienes hacen apología de Hitler o reclaman la independencia de Cataluña en una clara violación de la Constitución española? Libertad de expresión para todos o para nadie. Y yo particularmente soy partidario de la primera opción, aunque me parezca censurable lo que expresan otras personas.

Un matiz importante antes de seguir. Si quien hubiera pronunciado las palabras que menciono más arriba hubiera sido un juez (entre otras posibilidades), yo habría sido el primero en exigir su despido inmediato. Y es que el juez debe dictar sentencias en función de su propio criterio para interpretar las leyes. Si su criterio es el resumido en tales palabras, es evidente que el individuo no está capacitado para ejercer la magistratura. De nuevo en otras palabras, opino que sólo pueden exigirse responsabilidades por sus palabras a quienes las pronuncian en ejercicio de su cargo. No a quienes las sueltan sin guardar relación alguna con su puesto, como era el caso de ese político al que estamos crucificando.

En tercer lugar, me fastidia (cada vez más) que los medios de comunicación se arroguen un papel de educadores que nadie les ha otorgado. Y es que, al tiempo que la emprendían con el político, no perdían la menor oportunidad de sermonearnos acerca de la discriminación y la provocación que suponían sus palabras. Los políticos, incluidos los del partido al que pertenece el giliflautas, se apuntaron al carro a toda velocidad; pero eso ya no puede sorprender a nadie, porque nuestros políticos se encuentran en un estado permanente de caza del voto. Volviendo a los medios, ¿por qué no se preocupan de hacer bien su trabajo, que consiste en informar fielmente, y se abstienen de decirnos qué debemos pensar?

Por último, quiero señalar que todo esto es absurdo. Desafortunadamente, en este país se dicen muchas estupideces a lo largo del día, bastantes de ellas con mucha mayor trascendencia que la que nos ocupa. Si dedicamos nuestro tiempo a discutir sobre las mismas, o simplemente a comentarlas, estamos dejando de hacer otras cosas con mucho más interés. ¿Saben qué les digo? Que si yo fuera político o periodista no habría dedicado ni un segundo a comentar el incidente; mi dignidad no me permite rebajarme a hablar de una cosa tan tonta como la que ha llenado esta entrada.

Dopaje

La agencia antidopaje de Estados Unidos está a punto de concluir, si no lo ha hecho ya, el proceso contra Lance Armstrong destinado a privarle de sus siete victorias consecutivas en el Tour de Francia. Esta acción viene a ser una especie de culminación de toda una serie de iniciativas similares, aunque centradas en ciclistas de menor relieve, que han tenido lugar en los últimos años en distintas partes del mundo. Así que permítanme que haga algunos comentarios al respecto.

Vaya por delante que no siento ni una simpatía, ni una admiración especiales por Armstrong. A mi modo de ver, el corredor americano ha impuesto un estilo en el ciclismo que afecta negativamente al interés que un espectador pueda sentir por ese deporte. En el libro de estilo de Armstrong la única prueba interesante es el Tour y la victoria se consigue simplemente teniendo más resistencia y constancia que los rivales; es decir, se impone un ritmo de marcha rápida y los demás van cayendo. En eso, como en el aporte complementario que supone la superioridad en la modalidad contrarreloj, Armstrong se ha inspirado claramente en Miguel Indurain, si bien el corredor navarro se tomó la molestia de ganar también dos Giros de Italia. Se trata de un enfoque que no tiene nada que ver con el de Eddy Merckx, ganador de cinco Tours, cinco Giros, una Vuelta España y un sinfín de pruebas clásicas de un día, así como campeón del mundo de fondo en carretera y poseedor del récord de la hora. Y tampoco pueden ser más distintas las formas de correr de ambos; Merckx, como Bernard Hinault (aunque éste en menor medida), se distinguió por su ambición insaciable y sus ataques continuos, con independencia de que sus rivales desfallecieran o no. Es una táctica que últimamente trata de resucitar Alberto Contador, aunque éste, salvo en una etapa (la decisiva) de la última Vuelta a España, todavía no parece creer lo suficiente en el ataque demoledor desde larga distancia. Resumiendo, mis críticas a la actuación de los organismos de lucha contra el dopaje en el ciclismo no están motivados por lo que le suceda a Armstrong, sino por los propios desatinos y contradicciones en tal actuación.

Para empezar, no creo que sea justo que se condene a nadie por algo sucedido quince años atrás. Si en su día los organismos antidopaje no fueron capaces de detectar ninguna irregularidad en Armstrong (o en cualquier otro ciclista), no parece tener mucho sentido que revisen su dictamen de entonces basándose en que ahora disponen de medios más potentes y fiables de análisis. Es como si ahora, aprovechándonos de las nuevas técnicas de procesado digital de imágenes, desposeyéramos a Inglaterra de su título de campeona del mundo de fútbol de 1966 porque uno de sus goles no fue realmente tal (el balón, tras dar en el larguero, botó dentro del campo y no en el interior de la portería). Todos sospechamos que ese gol fue concedido equivocadamente, pero únicamente podemos demostrarlo fehacientemente ahora que tenemos una tecnología muy potente a nuestra disposición. Sin embargo, a nadie se le ocurre cambiar el resultado final de aquel campeonato. Aprendemos a asumir aquel error y seguimos hacia adelante. Por lo tanto, opino que no deben corregirse resultados de ciclismo una vez transcurrido el plazo necesario para llevar a cabo los análisis correspondientes a las últimas etapas de una prueba; pasado dicho plazo, los resultados han de considerarse inamovibles aunque ensayos posteriores demuestren que se violó la reglamentación.

En segundo lugar merece la pena tener en cuenta una consideración filosófica. Si cuando se celebró una prueba determinada no se pudo establecer que el ganador había recurrido al dopaje, ¿quién nos asegura que los restantes corredores no habían hecho lo mismo? En ese caso, ¿por qué censurar al campeón? Es un razonamiento que escuché a uno de los componentes del equipo de periodistas deportivos que dirige Paco González (actualmente en la cadena COPE) y con el que estoy totalmente de acuerdo. Todos corrían dopados (¿quién puede demostrar que no lo hacían?) con lo que la victoria del ganador es tan válida como si nadie se hubiera dopado. En términos más suaves, si se pretende ser muy riguroso en el control antidopaje, tanto que puede llegarse al extremo de desposeer de un título a alguien años después de su supuesta infracción, lo lógico no es, como pretenden los órganos rectores del ciclismo, otorgar la victoria al clasificado en segundo lugar, sino, en todo caso, dejar la prueba sin ganador, o, como mucho, hacer a los posibles beneficiarios del caso objeto de los mismos análisis posteriores a los que se sometió el ganador inicial. De hecho, corredores como Joseba Beloki o Jan Ullrich, a los que se otorgarían algunas de las victorias en el Tour de las que se desposeería a Armstrong, ya se han adelantado a declarar que no aceptarán esa victoria espuria que alguna agencia querría otorgarles. La situación llega a ser irónica en el caso de Ullrich, que ya fue penalizado por dopaje en otro proceso; ¿se daría una de las victorias de Armstrong a un corredor que ha reconocido públicamente que se dopaba en aquella época?

Evidentemente, el dopaje es una lacra, tanto por lo que adultera una competición, como por el riesgo al que somete la salud de quien se dopa. Por consiguiente, ha de ser perseguido. Pero la actuación antidopaje ha de estar guiada por el sentido común y no por los principios que rigieron la actuación de la Inquisición. Y la actuación antidopaje en ciclismo es completamente disparatada. Además de lo que acabo de señalar, podría apuntarse que resulta demencial prohibir a los ciclistas que tomen prácticamente cualquier medicamento mientras están en competición. Si se prohibe que los corredores tomen cualquier antibiótico u otro producto (por ejemplo, contra el resfriado o la tos) que los ciudadanos pueden adquirir sin receta en las farmacias con absoluta naturalidad, ¿quién está poniendo en riesgo la salud de los corredores? Por otro lado, no pretendo que se haga la vista gorda con el dopaje, pero lo de desposeer a un ganador de su victoria años después de conseguirla, no es algo que estimule precisamente el interés de los aficionados. Porque ¿para qué voy a interesarme en este Tour o esta Vuelta si a lo mejor cambian el ganador dentro de dos, tres o diez años?

lunes, 17 de septiembre de 2012

El abuelo que me alegró la vida

Suelo comprar libros en El Corte Inglés. Los empleados de la librería, que están hartos de conocerme, se empeñan en hacerme recomendaciones. No les hago caso; tengo mis propios criterios para elegir mis lecturas y a ellos me ciño. Sin embargo, recientemente sucumbí a la presión incansable. Además, no había títulos que suscitaran mi interés de forma especial. Así que, atendiendo la sugerencia de uno de los dependientes, compré El abuelo que saltó por la ventana y se largó, de Jonas Jonasson, publicado en España por Salamandra.

No me duró ni un fin de semana. Una vez que lo cogí, ya no pude soltarlo hasta que concluí sus cuatrocientas diez páginas. Y es que hacía bastante tiempo que no leía algo tan bueno.

El libro se divide en dos partes, que discurren en paralelo. En la que sucede en tiempo real un centenario se fuga del geriátrico en el que está recluido. Lo único que le interesa es tomar unos cuantos tragos de aguardiente, pero se tropieza con cincuenta millones de coronas suecas, un ladrón y estafador, el jefe de una banda de malotes, un vendedor de perritos calientes, una señora de buen ver, un vendedor de biblias, una elefante y un perro pastor alemán. En la confusión caen otros dos malotes, con lo que entran en escena un inspector de policía y un fiscal.

La otra parte es un repaso de la vida del anciano, un experto en explosivos que llega a ponerse en contacto con Franco, Oppenheimer, Truman, la esposa de Chiang Kai-Chek, Mao Tse-Tung (escrito así), Stalin, un par de primeros ministros suecos, el jefe de la policía secreta del sha de Persia, Churchill, el hermano bastardo de Einstein y un sinfín de personajes más.

Agítese todo y se tendrá una novela excepcional, con una trama increíblemente ingeniosa, un sentido del humor que provoca la carcajada en no pocas ocasiones y una crítica despiadada a los políticos (el protagonista, según su creador, simplemente desconecta cuando oye hablar de política o ideología). Con estos mimbres, al autor no le cuesta muchas dificultades llegar a la conclusión de que la estupidez humana carece de límites. Pero Jonasson prefiere la bondad, igual que su protagonista, y se muestra comprensivo e inclinado a disculpar los desastres que las personas originan sin cesar.

Si quieren una visión realista de la condición humana, pero al mismo tiempo compasiva y llena de humor, les recomiendo encarecidamente que salten por la ventana con el abuelo y se dejen guiar por su impagable sentido común.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Las vacaciones de Q

El viernes 3 de agosto de 2012 me dirigí a Piadela.

Piadela, perteneciente al municipio de Betanzos (La Coruña),
se encuentra en algún lugar de este valle (Foto: ESS).

Vista desde una de las terrazas de la casa de Q en Piadela.
Lo que se ve en segundo plano es el embalse de Cecebre
(antes de ser cubierta por las aguas, en esa zona se desarrolla El bosque animado),
que abastece de agua a La Coruña (Foto: ESS).

Aspecto general de la casa de Q en Piadela.
Fue construida por su abuelo materno en 1930.
Heredada por su madre, ésta la vendió a Q.
Q y sus padres hicieron modificaciones,
como la completa remodelación de las dos alas anejas a la construcción.
La carretera que pasa por delante es una variante de la ruta de Guiliade (Betanzos) a Guísamo (Bergondo) (Foto: ESS).

El domingo 5 de agosto tuve que regresar a Vigo para cumplir con un repentino requerimiento de que pasara una revisión médica el lunes 6 de agosto. De vuelta el martes 7, con parada en Santiago para recoger una espantosa mesa de la que mi hermana quería desprenderse (no le cabe en su nueva vivienda) y mi madre sugirió que conserváramos en Piadela.

Resto de la semana en Piadela con mi hija MSL. Vamos a bañarnos a la Playa Grande de Miño (La Coruña) y nos tocamos las narices. Ella sale por las noches a Betanzos o a La Coruña para correrse las juergas oportunas con sus incontables amigos.

Aspecto parcial de la Playa Grande de Miño.
Lo que se ve al fondo es Sada (Foto: ESS).

El sábado 11 de agosto se incorporan mi hermana (hasta el lunes 13 -debe regresar a Marruecos-), mi madre y mi mujer. Playa, tocarse las narices y visita a las calles de los vinos de La Coruña.

Aspecto parcial de la calle de la Estrella, en La Coruña.
Entre 20 y 22 horas ésta y las calles inmediatas están completamente abarrotadas (Foto: ESS).

MSL y yo vemos en Riazor dos partidos del Deportivo: el Teresa Herrera, contra el Atlético de Madrid (el 11 de agosto), y el primer partido de Liga, contra el Club Atlético Osasuna (el lunes 20 de agosto). Sendas victorias. Más tarde yo veo por televisión en Betanzos el partido en Valencia (el domingo 26 de agosto, a las 23) y vuelvo solo a Riazor para el partido contra el Getafe (el sábado 1 de septiembre).

MSL recibe a tres amigas como invitadas entre el 16 y el 19 de agosto y se marcha el domingo 26 (dice que la reclama su trabajo en la tesis doctoral). La acompaña en la marcha mi mujer. Me quedo solo con mi madre. Sólo salgo de casa para ir a comprar el periódico o ir al Eroski.

La hija mayor de mi hermana, que también vive en Marruecos, tiene la brillante idea de convertirme en tío abuelo, al dar a luz en Casablanca (Marruecos) a su primera hija. Mi madre ya es bisabuela.

Amal, la niña que otorgó a Q la categoría de tío abuelo (Foto: LFS, agosto 2012).

Regreso a Vigo el domingo 2 de septiembre fatal del estómago; hacía quince días que se me había terminado un protector de estómago que tomo habitualmente y sin el cual creí, equivocadamente, que podría sobrevivir. El lunes 3 de septiembre llevo a mi hijo ASL a Santiago con la impedimenta que necesita para pasar el curso. El malestar estomacal, que repercute en dolores musculares y flojera general, no da pasado. Parece más débil el miércoles 5 de septiembre.

Me enfrento con escaso entusiasmo a las tareas que se me fueron acumulando durante las vacaciones (?).






jueves, 12 de julio de 2012

Recortes y mineros

Es cierto que España está pasando por una época de duros recortes económicos y sociales. También lo es que las condiciones de tales recortes distan mucho de ser lo justas que desearíamos todos los españoles. Podemos rebelarnos contra esa situación o acogerla resignadamente a la espera de que el temporal escampe. Pero no podemos pensar que hay colectivos privilegiados que no deberían ser recortados. Oímos con frecuencia que la medicina, la cultura, la enseñanza, la investigación, la prestación de desempleo, las fiestas populares, la construcción de infraestructuras... no pueden ser recortadas. Hay una tendencia generalizada a insistir en que "lo mío" no puede ser recortado porque es vital para el país o porque afectaría gravemente a las condiciones sociales. Me parece una actitud errónea, entre otros motivos porque, contra lo que todos pensamos, justificaría la sobreabundancia de cargos políticos y puestos en las múltiples administraciones públicas; "sin políticos y sin el entramado administrativo no hay sociedad que funcione", podrían alegar, igual que ya lo hacen los colectivos aludidos más arriba.

Desde esta perspectiva podríamos ver a los mineros, con sus protestas, como un colectivo más que ejerce el derecho a autoproclamarse fundamental que ya practican otros. Sin embargo, creo que hay varias diferencias importantes. Para empezar, no es cierto que la minería española sea fundamental; en realidad, resulta completamente ruinoso, no sólo pagar a los mineros, sino el simple hecho de mantener las minas abiertas. En segundo lugar, lo que reclaman los mineros en estos momentos es que no se cancelen las subvenciones que se están entregando a las explotaciones en las que trabajan; parece que eso es imposible porque Europa, que manda mucho más de lo que creemos, ha declarado que hay que terminar con subvenciones de ese tipo.

Más allá de estas objeciones, que no tendrían mayor relevancia en el panorama actual, lo que me llama la atención de la protesta minera es el convencimiento de sus protagonistas de que son algo especial. Puedo estar equivocado, pero me da la sensación de que los mineros creen que su trabajo es algo que tiene tintes místicos, con una trascendencia superior a la correspondiente a otras actividades. Para ellos, un minero es alguien que merece mayor consideración que un médico, un ingeniero, un agricultor o un marinero. De hecho, no reclaman tan sólo el mantenimiento de sus puestos de trabajo (con subvenciones o como sea), sino que éstos sean preservados para sus hijos; es decir, el carácter sacramental de la minería ha de ser perpetuado en generaciones sucesivas.

¿Que estoy exagerando? No lo creo. Hace unos años, y con motivo de otro conflicto, leí en el periódico o vi en televisión una entrevista con un minero. El hombre insistía en la necesidad de mantener el puesto de trabajo hasta que llegara el momento de que pudiera ser ocupado por su hijo. El periodista le preguntó si no tenía otras aspiraciones para su vástago, como, por ejemplo, que hiciera una carrera universitaria. Y el hombre, furioso, respondió: "En mi familia todos han sido mineros, yo soy minero, y mi hijo será minero". No eran las cuestiones económicas las que motivaban en el fondo a aquel hombre; era la continuación de una tradición sagrada.

Bien, protestemos, y con razón, contra los recortes que nos imponen unos políticos hipócritas, venales, corruptos e incapaces. Pero, realmente, ¿creen que llegaremos a algún lado mientras subsistan en nuestra sociedad formas de pensar como la que acabo de presentar?

lunes, 2 de julio de 2012

Eurocopa sin fútbol

Acaba de terminar la Eurocopa 2012 de fútbol, disputada en Polonia y Ucrania. Ha sido muy decepcionante. Muy poco fútbol, mucho conservadurismo, dictadura de los seleccionadores (erráticos y disparatados de tan originales que querían ser), poca emoción, ninguna imaginación y grandes dosis de aburrimiento. Sigue mi opinión de los equipos que participaron en el evento.

Los pobriños. Fueron equipos sin apenas recursos futbolísticos, pero que tuvieron la honradez de intentar explotarlos al máximo. Incluyo en este grupo a Irlanda, Dinamarca, Suecia, Grecia y República Checa. Salvo Grecia, todos quisieron jugar al ataque. Grecia, ejemplo de la defensa a ultranza, al menos fue fiel a su planteamiento y no intentó cosas raras.

Los rácanos. Polonia, Ucrania y Croacia demostraron tener fundamentos un tanto (no mucho) superiores a los de los pobriños, pero también fueron muy conservadoras y defensivas. No arriesgaron ni cuando lo necesitaban para seguir en la competición.

Los chalados. Francia, Inglaterra, Rusia y, sobre todo, Holanda exhibieron cierto nivel, pero no supieron cómo explotarlo. Capaces de momentos brillantes y de acciones tan incomprensibles como funestas. Rusia, con una técnica exquisita, jugó andando un partido en el estaba siendo eliminada. Holanda fue un caos de planteamientos disparatados, peleas internas y jugadores muy pasados de moda.

El que perdió porque quiso. Portugal sabía jugar y tenía algunos mimbres valiosos, pero prefirió echarse en manos del tan sobrevalorado como inútil Cristiano Ronaldo y colgarse de los palos de su portería. Tuvo su justo castigo cayendo en la tanda de penaltis contra España después de un partido infumable.

Los que tenían fútbol y se quedaron a las puertas. Alemania, que había sido la más potente del torneo, cayó ante Italia, en un partido precioso, por el juego de ésta y por las locuras de su seleccionador. Italia, preciosista contra lo que indicaba su tradición (algo que agradecer a su seleccionador), gobernada por un Pirlo majestuoso, perdió la final porque todo el sentido común que había exhibido hasta entonces su entrenador desapareció repentinamente (agotó los tres cambios al principio del segundo tiempo y debió jugar la última media hora con diez hombres por lesión de un futbolista).

España. Patética (cansancio de sus hombres, poca inspiración, obsesión por el toque-toque carente de sentido, errores garrafales de su seleccionador) en la fase de clasificación y contra Francia y Portugal, jugó un partido espléndido en la final. Llevada por un Xavi que volvió a demostrar su inmensa categoría, dio sentido al toque-toque, imprimió rapidez y verticalidad a sus acciones y ya ganaba claramente a Italia antes de que ésta se quedara con diez. Ahora bien, de ahí a decir que es el mejor equipo de la historia (Brasil'70 incluido), que es una de las afirmaciones favoritas de los fanáticos e ignorantes periodistas españoles, hay un buen trecho.

sábado, 16 de junio de 2012

Palabras y palabros

La jueza comió una nueza que le había dado la fiscala. La alféreza se quedó sin nada.
La alcalda y las edilas visitaron al defenso y el centrocampisto heridos.
La presidenta es valienta, pudienta, calienta y sonrienta.
El electricisto conectó la verja a la tensiona.
El gacelo corría a la par que los jirafos dejando atrás a las hipopótamas a la vista de los águilos.
El sastro y la sastra confeccionaron los vestidos y las vestidas.
Se agarró un buen curdo (o una buena peda).
La alera lanzó el peloto hacia el canasto.
La institutriza era irreverenta.
Todo salió mal porque había una gafa.
Fueron arrestadas dos soldadas y una caba. La coronela protestó.
El dentisto me curó un muelo.
El vaco embistió, mientras la tora permanecía tranquila. El cabro presenciaba la escena.
La pilota llevó la mota muy bien.
La polla picoteó por debajo del hortensio.
El califo maldijo al Papo.
La estudianta escribió una pésima redacciona.
La vuela de la falda era muy amplia.
La jefa despidió a la botonas y a la conserja.
El atleto fracasó en su intento.
El macarro controlaba a varias meretrizas.
La escribienta tomó buen noto.
El pariento regañó a la yerna.

Y así y asá, ustedos/ustedas mismos/mismas.

jueves, 17 de mayo de 2012

Lotina forever

Ha terminado el campeonato de liga de fútbol en primera división. El Villarreal es uno de los tres equipos descendidos. Lo entrenaba Miguel Ángel Lotina (MALO) desde hacía unas diez jornadas. Cuando MALO se hizo cargo de él, el Villarreal parecía fuera de peligro, aunque se mantenía relativamente próximo a la zona de descenso.

Tratando de justificar el resultado final, MALO aludió a supuestos manejos oscuros, acerca de los que admitió no tener pruebas, para perjudicar a unos equipos en beneficio de otros. Desde luego, no se refirió al detalle de que el Villarreal es el quinto equipo que desciende tras contar con MALO como entrenador. Y, entre esos equipos, se encuentra el mío de toda la vida, el Real Club Deportivo de La Coruña, a quien llevó a segunda división en la temporada 2010-11.

Los entrenadores de fútbol actuales (por lo menos, los españoles) tienen un afán de protagonismo muy pronunciado. Les gusta cambiar alineaciones sin venir a cuento, poner a jugadores en puestos distintos de aquellos en los que se desenvuelven naturalmente, o idear tácticas cuando menos cuestionables. En ese sentido, MALO no es distinto de sus compañeros de profesión.

Lo que hace tan peculiar a MALO es su miedo, el insuperable e invencible terror que siente ante la mera posibilidad de que su equipo pueda ser derrotado en un encuentro. Para intentar conjurar esa derrota, que siempre acaba llegando, MALO cercena cualquier asomo de creatividad que pueda haber en su conjunto y prohibe (esto es una exageración, pero no excesiva) que jamás haya más de cuatro de sus hombres en el medio campo rival, incluso aunque el equipo vaya perdiendo. Su propio rostro, en el que jamás se dibujó algo más que un rictus triste y desesperanzado, delata con claridad la naturaleza de las ideas futbolísticas de MALO.

Con el resultado de esta temporada MALO ha demostrado una vez más (y van ¿cuántas?) que lo suyo no es el fútbol. Los hados se empeñan en castigarlo, pero él no parece querer enterarse. Y con él, los presidentes de los clubes que lo contratan (incluido Lendoiro, del Deportivo). ¿Hasta cuándo seguirá torturando a los seguidores de los equipos que tengan la desgracia o cometan el error de contratarlo?

martes, 1 de mayo de 2012

La izquierda que ¿nos merecemos?

Voy a contar un ejemplo, absolutamente real, de cómo piensa y actúa la izquierda progresista española. Creo que sería más preciso hablar de pseudoizquierda cavernícola y pseudoderecha iluminada, pero dejémoslo así. Todos sabemos a quiénes nos referimos.


Hace un par de días se difundió en la red interna de la Universidad de Vigo (UVigo) un correo electrónico en el que la organización Red Madre (RM) solicitaba aportaciones de ropa de bebé que ya no fuera útil para sus propietarios. RM es, cito textualmente utilizando la página web http://www.redmadre.es/quienes.php, "una Fundación creada en 2007 con el propósito de activar una Red solidaria de apoyo, asesoramiento y ayuda a la mujer para superar cualquier conflicto surgido ante un embarazo imprevisto, en toda España". Conozco personalmente a algún miembro de RM y debo decir que no le tengo ninguna simpatía, como tampoco la siento por militantes del PP, PSOE, IU, o BNG a los que tengo la desgracia de conocer.


Una persona (EL) de la UVigo, quizá ignorando que el correo aludido ya había llegado a toda la institución, lo redifundió, y obtuvo una réplica de otro miembro (RB) de la institución, en la que podían leerse cosas como las siguientes (de nuevo transcribo literalmente, sin cambiar nada):


Se non fóra polo momento actual de fascismo puro e duro que temos neste pais
-so hai que ver os recortes que afectan a cáseque todo e todos, o correo de
la RED MADRE ata provocaría algunha risa.
[...]
Agora atacades todos os retro ou fachas ou como vos queirades chamar pedindo
roupiña para os futuros, sempre mirades para os futuros pero nunca para os
presentes.
[...]
Supoño que estás plenamente de acordo cos obispos, rajoys, feijos, sorayitas
e compañía coa súa política: hai que coidar as futuras nais facilitándolles
roupiña para os seus bandullos; seredes boíños e iredes ao ceo.
Se logo estes bandullos engrosan a lista de xente marxinal, sen traballo,
sen sanidade, sen vivenda "todo o que di esa marabillosa constitución que
temos", miraredes para outro lado e non teredes culpa de nada.
Non sexades hipócritas, axudade a que unha muller poida decidir tendo
cubertas as súas necesidades de traballo, vivenda, sanidade e escola, e se
logo queredes regalarlle roupiña, adiante.

O sea, que pedir ropa para niños es ser "retro" o "facha". ¿También lo era cuando lo hacían las organizaciones sociales de la República durante la Guerra Civil Española? ¿También lo es cuando lo hacen algunas ONGs en la actualidad, en el marco de programas de ayuda al Tercer Mundo? ¿Es así como razona la izquierda cavernícola? ¿Por qué, para defender el derecho al aborto, que suele ser algo que esgrimen quienes atacan a RM, es necesario echar la lengua a pastar, insultando a todo lo que se mueve?

Con textos como el mencionado, la izquierda es más cavernícola de lo que lo fue la Iglesia católica durante el franquismo, que aplicaba al pie de la letra dos principios claves: 1) quien no está conmigo, está contra mí, y 2) los herejes son seres despreciables y no merecen ninguna consideración.

Lo malo es que la cosa no acaba ahí. Al correo de RB siguió un segundo de EL, en el que se apuntaban cosas como las siguientes (como siempre, cito sin alterar nada):

A intención da mensaxe non ten nada que ver con políticas, nin historias de iglesia nin intereconomía nin gaitas. Supoñer, supoñedes mal porque nin son do PP, nin partidaria do Rajoy ou da Soraya, todo o contrario. Non creo na relixión, e moito menos na Igrexa e nos curas, pero iso son outras historias que creo que non lle importan a ninguén...
Poñerse a valorar as miñas ideas sin ter nin idea, paréceme un atrevemento bestial...
Eu só creo na xente de a pé, e hai moitísima  que necesita axuda, porque o está pasando mal, e iso é o único que me importa, o demáis, me sobra.
[...]
A verdade é que  escapou das miñas posibilidades lóxicas que a algunha xente lle sentase tan mal o correo...

Lógica la sorpresa de EL. ¿Con qué datos se atrevía RB a formular unos juicios tan temerarios? Obsérvese que la réplica es bastante suave (yo habría sido mucho más salvaje). Pero RB no tenía suficiente. En lugar de reconocer el error de su temeridad y pedir disculpas, soltó lo que sigue:

A miña intención non é ofender, pero se ti colaboras cunha RED MADRE que
cheira a facha que apesta, tes que asumir que alguén opine o que eu.
Todos somos libres de pedir colaboración con quen consideremos, pero iso
implica que haxa outros que teñamos outra opinión e o poñamos de manifesto.
O da "caridade" o deixamos xa que aínda cheira peor.

¡Perfecto! RB, desde su omnisciencia y desde su ecuanimidad, reparte calificativos a su gusto, al igual que Standard&Poor's califica a su antojo la deuda de países y entidades. La izquierda española no sólo es pseudo y cavernícola; también es dogmática. Ya sólo queda por dilucidar si son más o menos infalibles que el Papa de Roma.

¡Por Dios, por el infierno, o por Karl Marx! ¿Qué hemos hecho los españoles para merecer esta basura de izquierda antediluviana, faltona, irrespetuosa, dogmática, fanática, inculta, grosera, incivilizada y totalmente incapaz de aportar nada positivo?

domingo, 8 de abril de 2012

Islamistas católicos

A veces creo que entiendo a los islamistas fanáticos.

Conozco a una señora de ochenta años. Aparte de la edad y los achaques típicos está en plena forma, aunque se resista a aceptarlo porque es bastante hipocondríaca. Su marido es dos o tres años mayor y tiene hijos cincuentones. Tiene una capacidad de mando que asusta. Pero no porque grite o adopte venganzas terribles si no se cumplen sus deseos. ¡Qué va! Cuando está enfadada o alguien opone resistencia a lo que ella desea, se limita a dejar de hablar al ofensor. Éste puede pasarse unos días, un par de semanas o un mes sin recibir una sola palabra de la buena señora. Ésa es su táctica favorita con su marido. Bueno, hay que aclarar que, hasta cierto punto, el hombre se lo buscó; no marcó los límites en los inicios de su matrimonio y ahora lleva cincuenta años penando, sometido a la tiranía absoluta de su esposa.

La señora es católica, muy católica, o lo que ella entiende por "católica". Quiero decir que cumple escrupulosamente los preceptos y reglamentos, pero ignora totalmente el fondo. Así, el amor, la comprensión, el respeto a los demás o el sacrificio son conceptos totalmente ajenos a su religión. Véase.

Semana Santa. La señora tiene que asistir a todas las procesiones, porque al parecer es obligatorio. No sé de dónde pudo sacar esa creencia, pero la aplica a rajatabla. Más todavía, obliga a su marido a acompañarla. El pasado jueves santo asistieron a una procesión que empezaba a las diez de la noche. Consecuencia: el esposo se resfrió, pero ella lo dio por bien empleado porque habían obedecido los deseos de Dios (?). Para el viernes santo el hombre hizo acopio de sus escasas reservas de coraje y se negó a acudir a la procesión de ese día. La señora, que no se atreve a hacer nada si no la acompaña alguien, tampoco fue, aunque, eso sí, refunfuñando. El sábado por la mañana la mujer tropezó con una puerta y se hizo una pequeña herida en una espinilla. Su conclusión fue que Dios la había castigado por haber faltado a la procesión del día anterior.

Creo que es superfluo precisar que, hasta donde yo sé, la asistencia a las procesiones no es obligatoria bajo ningún concepto y que Dios no suele aplicar castigos tan miserables como triviales a quienes no asisten a ellas. Pues intenten explicar esto a la mujer de la que estoy hablando y luego díganme si hay mucha diferencia entre algunos islamistas y algunos católicos.

Y es que fanáticos los hay en todas partes.

sábado, 31 de marzo de 2012

Apuntes sobre una huelga general

Una mujer joven, con una pegatina de CCOO en su pechera, hace cola en una panadería de Vigo a media mañana del jueves 29 de marzo de 2012, día de huelga general convocada por las organizaciones sindicales  y apoyada por el PSOE e IU contra la reforma laboral promovida por el gobierno del PP. Llegado su turno, compra el pan que necesita, paga y, sin transición, abronca al propietario por mantener abierto el local en una jornada de paro (de esto fue testigo ocular una compañera de trabajo de PLE).

Piquetes informativos: grupos de bestias que obligan a cerrar negocios o que amenazan con romperte la crisma si intentas trabajar en un día de huelga general. ¿Por qué los que quieren trabajar, de grado o por fuerza, no crean otros piquetes informativos para obligar a abrir negocios o para amenazar con romperte la crisma si no te presentas ipso facto en tu puesto de trabajo?

El secretario general de uno de los dos mayores sindicatos españoles declaró (según La Voz de Galicia) que, en días de huelga, el derecho a parar prevalece sobre el derecho a trabajar. No está claro si esta afirmación le fue inspirada por revelación divina o si la dedujo él mismo poniendo en práctica su don de infalibilidad, similar al del Papa.

Los secretarios generales de los dos mayores sindicatos españoles vociferan en televisión (los oí yo en persona) utilizando un lenguaje y unas proclamas de principios del siglo XX. Me recuerdan a Hitler, convocando a los alemanes para que se lancen a invadir países.

Los secretarios generales de los sindicatos convocantes del paro ¿hicieron huelga o no? (duda metafísica que me asalta). Al parecer, no, porque estaban haciendo su supuesto trabajo de movilizar y organizar a la clase trabajadora en defensa de sus derechos; luego son esquiroles. Si hubieran hecho huelga y se hubieran quedado en sus casas, ¿se habrían descontado a sí mismos el jornal correspondiente a ese día?

Los sindicatos hablan de éxito de la convocatoria por el número de personas que asistieron a las manifestaciones de cierre de la jornada. La Voz pone ese número en medio millón, sólo en Galicia (pelín exagerados, ¿no?). El País, teórico paladín de la izquierda española, habla de ochocientas mil en más de cien ciudades y villas (puede que se hayan quedado algo cortos). Entonces, ¿por qué cuando la Iglesia católica y otras organizaciones afines reúnen sólo en Madrid a más de un millón de personas en una manifestación contra el aborto se tilda la convocatoria de fracaso?

Si un gobierno votado mayoritariamente en las urnas toma unas decisiones anunciadas (¿alguien dudaba de que el PP iba a hacer exactamente lo que está haciendo?) y éstas no gustan a la oposición, ¿tiene ésta el derecho (otra duda metafísica) de tratar de cambiarlas a base de conflictividad social?

Según datos de consumo eléctrico instantáneo proporcionados por Red Eléctrica Española, la del 29/03/12 fue la que experimentó una menor caída de consumo entre las ocho huelgas generales que hubo en España desde la muerte de Franco. ¿Fracaso o éxito de la huelga? (más dudas metafísicas).

Los países europeos en los que está prohibida la huelga general (como Reino Unido, Dinamarca o Alemania entre otros, según diversos periódicos) ¿no son democráticos?

Al hilo de todo esto y sin que tenga que ver, más que de refilón, con la huelga, ¿por qué no dimite nadie y por qué no se actúa con seriedad contra los grupos violentos que campan por Barcelona en cualquier celebración masiva (fin de año, triunfos futboleros, una huega como la del otro día) destrozando todo lo que encuentran a su paso?

lunes, 19 de marzo de 2012

Riazor

No lo entiendo. No entiendo cómo es posible que el estadio de Riazor acoja entre 25000 y 30000 personas en cada partido (el aforo máximo es de 35000).


Vista general del estadio de Riazor (La Coruña).
Sábado, 17 marzo 2012 (Deportivo 3 - Alcoyano 0).
Foto: Q.

El equipo está en Segunda. Es cierto que juega bien y va líder destacado y con muchas probabilidades de retornar a Primera. Pero el público está en esos números desde el principio, cuando todavía estaba fresca la frustración por el descenso de la temporada anterior. Da igual la hora del partido, que lo televisen en abierto o no, que el rival sea de fuste o que ocupe las últimas posiciones. El público llena Riazor.


MSL y Valerón, tras el encuentro Deportivo-Alcoyano.
La Coruña, sábado 17 marzo 2012.
Foto: Alejandro Barreiros Veiga (cedida por MSL).

Y aplaude. Aplaude y anima al equipo sin cesar. El domingo 18 de marzo de 2012 el Deportivo jugaba contra el Alcoyano, que marcha cuarto por la cola. Desde el primer minuto hasta el último, aplausos atronadores y cánticos y gritos de ánimo. Se aplaudió a rabiar a Xisco cuando fue sustituido, y eso que había fallado tres o cuatro ocasiones clamorosas de gol.


Torre de Marathon (estadio de Riazor).
Sábado, 17 marzo 2012.
Foto: Q.

¿Qué especie de milagro se produce en Riazor? ¿Qué atrae a tantos deportivistas al campo? ¿Qué les hace animar hasta la extenuación?

sábado, 25 de febrero de 2012

¿Cuestión de actitud?

Uno de los deberes que debo cumplir para ganarme el sueldo es dar clases en la universidad. Nunca me gustó, aunque he ido superando ese sentimiento (no del todo, pero sí en gran medida) con el paso de los años. Independientemente de lo que otros piensen al respecto, creo que en general no lo hago del todo mal. Sin embargo, hay días en las que las clases me salen defectuosas; dicho de otro modo, no quedo en absoluto satisfecho de cómo desempeñé mi trabajo ante los alumnos. En la mayor parte de los casos eso se debe a que tenía el cerebro parcialmente ocupado por otros problemas; un cierto número de neuronas, que tendrían que estar concentradas en la clase, adquieren independencia y se dedican a rumiar cuestiones ajenas. Siempre supuse que eso le pasaría, con mayor o menor intensidad, a prácticamente todos los implicados en tareas de enseñanza, pero...

Hace unos años un profesor de instituto se levantó por la mañana. Advirtió a su esposa de que ese día iba a suicidarse. La mujer no le hizo caso; el tipo estaba bastante loco y su comportamiento oscilaba entre lo agresivo y lo profundamente depresivo. Ya había avisado en otras ocasiones sin llegar a consumar su propósito (aunque al menos una vez lo intentó, liberando el gas de una bombona). El hombre marchó a su centro de enseñanza y allí impartió las dos clases seguidas que le correspondían a primera hora. Terminada aquella tarea, fue a ver al director del instituto y le pidió permiso para salir durante un rato. Obtenido el permiso, se dirigió a un embalse de las afueras de la ciudad. Allí, en una zona en la que la orilla está bastante alta con relación al nivel del agua, se arrojó de cabeza. La acción concluyó con su muerte. La policía científica y el forense dictaminaron que el hombre no había muerto ahogado, sino a causa del fuerte choque de su cabeza contra el agua.

Nunca superé del todo el impacto de este suceso. Ya resulta bastante trágico que una persona se suicide. Pero no sé qué calificativo aplicar al hecho de que, antes de poner fin a su vida y con todo decidido, impartiera puntualmente las dos clases que le correspondían y que incluso pidiera permiso para abandonar el instituto. ¿Cómo dio aquellas clases? ¿Tan bien como lo hacía habitualmente (estaba considerado un excelente profesor por alumnos y compañeros)? ¿O parte de su mente estaba anticipando lo que iba a suceder al cabo de un rato?

Evidentemente, nunca lo sabremos. Pero, cada vez más, siempre que voy a dar clase y tengo un problema en la mente, me acuerdo de aquel hombre. Como si lo de hacerlo bien o mal fuera una cuestión de actitud.

lunes, 6 de febrero de 2012

Audrey Hepburn y la "Historia de una monja"

Este fin de semana vi Historia de una monja y la película me impresionó. Se trata de una obra dirigida por Fred Zinnemann en 1959 y protagonizada por Audrey Hepburn. Está basada en la historia real de una monja belga. Había oído hablar de ella en numerosas ocasiones, pero nunca me había animado a verla. Siempre había considerado a Hepburn una buena actriz, pero un tanto extraña. Su carácter aparentemente delicado y frágil, aunque pródigo en simpatía, le da, en mi opinión, un cierto tono empalagoso a sus películas (Desayuno con diamanes, Cómo robar un millón). Incluso llega a suavizar demasiado a Humphrey Bogart en Sabrina. Teniendo en cuenta este prejuicio, imaginaba Historia de una monja como un relato amable sobre las vivencias de una religiosa más bien etérea. Sin embargo, yo estaba completamente equivocado.

La película resume el durísimo duelo que una persona mantiene consigo misma durante diez años. La monja entra en el convento (en 1930) animada por un propósito doble: servir a Dios y perfeccionarse, y servir a sus semejantes poniendo a su disposicíón sus profundos conocimientos de enfermera (es ayudante de quirófano, especializada en enfermedades tropicales). Pero ambos objetivos entran en conflicto: las normas de la orden le exigen renunciar a sí misma, dominar su orgullo y ser una humilde sierva de Dios dispuesta a obedecer sin rechistar lo que le indican sus superioras. De hecho, éstas, para llevar a la monja por el camino de perfección, sólo acceden a su deseo de ir al Congo a regañadientes y por un tiempo relativamente corto. Llamada de nuevo a Bélgica, el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la invasión del país por los alemanes, que matan a su padre cuando atendía a unos refugiados, deciden el resultado del cruel conflicto que tortura internamente a la monja; una tortura que llega a ser percibida por las personas más próximas a ella, quienes le aconsejan que sea menos dura y rígida consigo mismo.

Son muchas las películas que tratan de conflictos psicológicos. Pero en todas las que recuerdo hay un elemento externo: la inminente llegada de un bandido en Solo ante el peligro (por citar otro título de Zinnemann), la presencia de un capitán inútil y paranoico en Escala en Hawai (Mr. Roberts, de John Ford), o la tensión de una sala cerrada (Doce hombres sin piedad, de Lumet), por citar algunos ejemplos. En Historia de una monja el elemento externo, que sí existe, carece de importancia. La monja quiere cumplir los dos objetivos y va desesperándose progresivamente a medida que comprueba que no logra dominar su naturaleza más profunda. El resultado final es un relato desgarrador, de intensidad creciente y cada vez más emotivo.

No voy a negar que en este resultado tiene una gran influencia el excelente planteamiento de la película por parte de Zinnemann. Pero el factor clave es Audrey Hepburn. Su interpretación es tan sensacional que nos hace creer que el sufrimiento de su personaje es el que nosotros experimentamos. Empieza como una chica, poco más que una adolescente, de clase alta, tímida, religiosa e intrínsecamente feliz y acaba como una mujer de poco más de treinta años, destrozada, aniquilada por sí misma. La película nos muestra como avanza esa transformación en el rostro de Hepburn. Vestida con ropas de monja, con la obligación de llevar las manos metidas en las mangas del hábito y forzada a andar de la forma más discreta posible, disuadida de hablar más de lo estrictamente imprescindible, Hepburn sólo cuenta con su rostro como recurso expresivo. Y hace maravillas con él, siempre de forma contenida, pero palpable, hasta hacernos pensar que la mujer que termina la película es completamente distinta de la que la empezó. Vamos percibiendo su evolución, pero somos incapaces de precisar qué ha cambiado en su rostro de una secuencia a la siguiente. Es decir, algo así como lo justamente opuesto a la sobreactuada y gesticulante Meryl Streep.

Y ¿qué quieren que les diga? A mí me gusta y me convence mucho más Audrey Hepburn. Aunque me haya dejado todo el fin de semana con una fuerte sacudida emocional.

jueves, 2 de febrero de 2012

Repartiendo culpas

El país está realmente malito; la crisis económica no presenta visos de amainar y no surgen medidas de recuperación por ningún lado. Obviamente, los principales responsables de esta crisis son los banqueros, con sus jueguecitos disparatados y egoístas, y los políticos, que no acertaron (ni siquiera lo intentaron) a meter en cintura a los otros.

Pero no vayamos a pensar que con la identificación de los responsables y el juicio negativo al que los sometemos (juicio que a veces se traduce en acciones más o menos violentas y más o menos efectivas de protesta) ya somos buena gente y podemos incluirnos en el bando de los buenos, tan torturado por políticos y banqueros. De eso nada.

Hay mucha gente que ahora sufre las consecuencias de la crisis que, antes de que ésta surgiera de improviso, vivía muy por encima de sus posibilidades, en un festival desenfrenado de gasto y consumo. La mayoría de nosotros no pide factura, ni paga el IVA. Hay gente que está voluntariamente en el paro mientras realiza un trabajo y cobra en negro. Cada céntimo que podemos escaquearle a Hacienda lo celebramos por todo lo alto con la complacencia de nuestros amigos. Todo lo que pueda evitar hacer en mi trabajo no voy a regalárselo al empresario o al Estado. Si se equivocan a nuestro favor en una factura, jamás se nos ocurrirá protestar. Si disponemos de una recomendación para colocar a un familiar o un amigo, ¿quién será tan tonto para no utilizarla? Si el médico me firma una baja aunque no sufra ningún mal, ¿por qué no voy a cogerme unas vacaciones adicionales? Engañaré al seguro del coche o del piso tanto como me dejen, robaré una plaza a la que no tengo derecho en una guardería pública y me saltaré un semáforo en rojo si sé que no me pillarán. Conspiraré en mi trabajo para conseguir un aumento de sueldo o subir en el escalafón al margen de mis méritos, si es que tengo alguno. Como periodista, no contaré la verdad, sino lo que le interesa al medio que me paga.

Y así, hasta donde se quiera. ¿Por qué no tenemos un ramalazo de honradez, aunque sea nada más que uno, y admitimos que, junto a los banqueros y los políticos, algo de culpa también tendremos en esta crisis interminable?