martes, 25 de octubre de 2011

Un paseo por Andalucía

Mi mujer y yo acabamos de pasar una semana en una parte de Andalucía. Vigo-Sevilla-Vigo, 16 y 23 de octubre de 2011, base en Arcos de la Frontera (Cádiz), desplazamientos por Sevilla y la zona costera de Cádiz en coche alquilado Peugeot 307 diesel, que iba como un tiro.

Andalucía es mayoritariamente llana, pero tiene cuestas (Medina Sidonia, Arcos, ambas en Cádiz) para echarles de comer aparte.

Medina Sidonia (Cádiz). Octubre 2011 (foto cedida por PLE).

Lo más bonito, Cádiz. Sevilla tiene cosas interesantes, pero la echan a perder la cantidad de pedigüeños (imaginativos y simpáticos, eso sí), el calor espeluznante, la horrible comida y ciertos vicios de la gente. En una pizzería bien (estábamos hartos de comer mal y pagar un precio astronómico) mi mujer pidió un vaso de agua para tomar una pastilla. Lo obtuvo después de un tranquilo intercambio de impresiones con la encargada, porque la primera respuesta del camarero fue que sólo se podían servir bebidas embotelladas.

Plaza de España (Sevilla). Octubre 2011 (foto cedida por PLE).

Zahara de los Atunes, Barbate y Conil de la Frontera (todo en Cádiz) son pueblos sin atractivos especiales (Conil tiene cierto encanto) que disfrutan de unas playas impresionantes en las que el viento del Levante impide estar. Rota y Puerto Real (también en Cádiz) son poblachones, sin la gracia de las playas. En Sanlúcar de Barrameda (Cádiz, por supuesto), con más de 60000 habitantes, hay ambiente, pero es muy difícil conseguir un periódico. El Puerto de Santa María (¿dónde va a estar) es más grande que Sanlúcar (casi 100000 habitantes), pero no llama la atención. En Jérez de la Frontera (no salimos de la provincia), con más de 250000 habitantes, lo más interesante es, por paradójico que suene, la zona nueva, que se introduce a cuchillo en una zona vieja indistinguible de los pueblos anteriores. De Chipiona sólo vimos el pacífico y desierto Club Naútico, bien provisto de veleros de lujo.

Cádiz desde la Torre Tavari. Octubre 2011 (foto cedida por PLE).

En Cádiz comimos bien (Atxuri, Faro; el segundo es más fachada y precios que calidad, pero tiene un pase en el desastre generalizado). Excelente la comida (¡qué coquinas!) en Paco, en el Club Náutico de Chipiona. La pizza de Ostia Antica (la del vaso de agua), destacable. El resto, mejor olvidarlo.

En Sevilla la elevada proporción de narices semíticas delata el peso de la herencia árabe. Hay mucha gente, sobre todo de cierta edad, con taras físicas. Los camareros de toda la zona sirven las bebidas abiertas (cuando no directamente en el vaso), ignorando que deben ser abiertas en presencia del cliente. No se percibe stress en ninguna parte. Mucha amabilidad para ayudar al visitante. Guiris a dar y rabiar.

Carreteras de nivel más que aceptable, pero pésimamente señalizadas a la hora de indicar direcciones que salen de la ruta principal.