lunes, 23 de mayo de 2011

País de inútiles

Acaban de celebrarse elecciones municipales y autonómicas. Gran bofetada para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). ¿Qué otra cosa podía ocurrir con José Luis Rodríguez Zapatero al frente? Infantil, ignorante, terco, hipócrita y desconectado de la realidad, desde el mismo momento en que fue nombrado Presidente del Gobierno por primera vez (en 2004) se empeñó en hacer todo mal: contribuyó a los movimientos independentistas, politizó la judicatura, recuperó el fantasma de la Guerra Civil para crear tensiones entre los españoles, llevó una política exterior errática, se negó a aceptar que había explotado una crisis económica y, cuando asimiló que tal cosa había ocurrido, cargó contra los sectores sociales más débiles y protegió descaradamente a los bancos y las grandes empresas. Todo eso era conocido por todo el mundo. Pese a ello, revalidó su triunfo en las elecciones de 2008. Si la bofetada de ayer se hubiera producido tres o cuatro años antes, tal vez nos habríamos ahorrado unos cuantos disgustos.

En las mismas elecciones, Bildu, heredera o disfraz más o menos reconocido de ETA y Batasuna, ha obtenido un gran resultado en el País Vasco. Es posible que una gran parte de la población vasca quiera ser independiente (pese a lo absurdo de tal pretensión) y en ese caso hace bien en votar a Bildu. Pero también es cierto que la sociedad vasca es profundamente conservadora y en ese caso hace mal en votar a Bildu, ya que esta coalición se declara sin tapujos profundamente izquierdista. Aparte de brutos, ¿los vascos son esquizofrénicos?

Abel Caballero, alcalde de Vigo, suscita un amplio rechazo en numerosos sectores de esta aldea, especialmente por su negativa a construir un albergue para indigentes sin techo. En estas elecciones su formación ha conseguido dos concecjales más de los que ya tenía. Es cierto que sus rivales son muy malos, pero, ¡hombre!, ya se inventó el voto en blanco (por no apelar a la pura y dura abstención). Los vigueses siguen empeñados en hacer cualquier cosa que vaya en contra de sus propios intereses.

El Movimiento Democracia Real Ya (también llamado Movimiento del 15-M) se ha hecho visible desde hace un par de semanas con concentraciones y acampadas en algunas ciudades españolas, siendo notables las correspondientes a Madrid y Barcelona. Entre otras cosas, pide que los partidos dejen de controlar absolutamente la política española y que sean más honrados. Los políticos, casi sin excepción, lo han denostado sin ambages. Unos sostienen que apoyan a sus rivales; otros, los más benevolentes, aseguran que la democracia se ejerce únicamente votando a los partidos y que el Movimiento es un tanto infantil por matizar ese dogma. No tengo noticias acerca de ningún político que haya dicho que lo propuesto por el Movimiento merece unos minutos de reflexión, aunque sea para refutar razonadamente sus postulados. La impresentable casta política española sigue tiranizándonos desde su castillo de marfil y nosotros, imbéciles, vamos y votamos por ellos (la participación en las elecciones de ayer aumentó con relación a su equivalente de hace cuatro años).

Miguel Ángel Lotina es el entrenador de fútbol que ha conseguido enviar al Real Club Deportivo de La Coruña a Segunda División después de veinte años ininterrumpidos en la máxima categoría, etapa en la que consiguió seis títulos oficiales y reseñables éxitos en competiciones europeas. Es un pésimo profesional. Pero ¿qué puede decirse del presidente del club, Augusto César Lendoiro? Contempló impávido como Lotina llevaba al Deportivo al desastre y no se tomó la molestia de cambiarlo, siquiera por un técnico del fútbol base de la institución.

La cadena de televisión La Sexta se ha cargado el programa Sé lo que hicisteis (SLQH) cuando éste llegó a su emisión número 1010. Es cierto que SLQH tenía baja audiencia (aunque no mucho menor que la de la cadena en su conjunto), pero la empresa no le dio oportunidades (cambio de día y hora, menos periodicidad) para remontar. El problema no es que se pierda un programa de humor mucho más elegante que lo que se estila en las pantallas españolas, sino que se prescinde de lo que puede aportar un equipo perfectamente compenetrado y competente. La gente capaz no tiene sitio en este país.

Y menos mal que el Liceo de La Coruña se proclamó campeón de Europa de hockey sobre patines.