lunes, 18 de abril de 2011

Más "desde Vigo con amor"

Eduardo Rolland respondió al correo que copié en la entrada anterior. Contrarrepliqué, contrarreplicó y cerré.

Todo muy "versallesco" (en palabras de Rolland), educado y correcto, con muchísimos puntos de coincidencia.

Así que quedamos encantados de habernos conocido.

viernes, 15 de abril de 2011

Desde Vigo con amor

Copia de un correo electrónico que envié al periodista Eduardo Rolland a raíz de un artículo publicado en La Voz de Galicia.


Estimado Sr. Rolland:

A continuación le envío algunos comentarios sobre el artículo que hoy publica en La Voz de Galicia, comentarios que podrían hacerse extensivos a otros escritos suyos de índole similar.

El artículo me pareció ameno y bien escrito. La verdad es que, en general, me gusta leer los que llevan su firma. En especial, recuerdo gratamente los que dedicó a la batalla de Rande o a la historia detallada del día de la Reconquista (en mi opinión, mal llamado así; creo que sería más correcto denominarlo Día de la Liberación), así como otros muchos dedicados a sucesos cotidianos en Vigo.
Donde se equivoca, a mi juicio, es en la conclusión que usted suele extraer del texto principal. Así, en el artículo de hoy concluye que Vigo fue y es la ciudad más moderna de Galicia. Y ello por los dos motivos que expongo seguidamente.

En primer lugar, no hay ningún criterio objetivo que permita determinar de modo unívoco el grado de modernez de una ciudad (o el de cultura, o el de belleza, o el de amabilidad, ...). Con esto ocurre algo como lo que pasa con el Balón de Oro en términos futbolísticos. A mi modo de ver, no hay forma de dilucidar quién es el mejor futbolista del mundo, puesto que la influencia de los compañeros de equipo es determinante en el desempeño de cada jugador. Así, un futbolista puede destacar sobremanera en una escuadra y ofrecer un rendimiento muy pobre en otra distinta. Es posible hablar de PIB por habitante, renta per cápita, número de industrias, número de centros educativos, número de bibliotecas, número de patentes registradas por los nativos o los habitantes de una ciudad, etcétera, pero no de modernez 3 o 5 en la escala Richter.

En segundo lugar, aunque sí fuera posible hablar de modernidad, ¿qué repercusión tiene esa característica? ¿Qué repercusión tiene constatar que tal ciudad tiene más industrias o más habitantes o más periódicos o más extensión que otra? Si lo que importa es el tamaño, ¡pobres sorianos! Tienen cuatro habitantes mal contados, apenas un par de pequeñas industrias, están lejos de rutas comerciales, carecen de aeropuerto, no tienen salida al mar. ¡Vamos! Que resulta difícil explicar por qué todavía no se han suicidado masivamente, imitando a sus ancestros numantinos.
Mutatis mutandis, Madrid (por limitarnos a España) debe de ser el no va más. Más habitantes, más industrias, más teatros,... Sin embargo (y se lo digo después de vivir diecisiete años  en Madrid), exceptuando a los fanáticos del Real, que creen que son alguien porque su equipo de fútbol gana más partidos que otros clubes, no conocí a ningún madrileño, de origen o de adopción, que le diera importancia a todo eso.

En resumen, a veces tengo la impresión (le pido disculpas por anticipado si tal impresión es errónea) de que usted, siguiendo los pasos del recordado Leri, le da una importancia excesiva a ser el número uno en cualquier ámbito. Usted y la mayoría de los vigueses. Y mi opinión es que se equivocan. Creo que deberíamos hacer como los sorianos y los madrileños, a quienes el puesto en la clasificación les trae al pairo; a ellos lo que les preocupa son sus propios problemas y lo mejor o peor que se sientan, y no lo que ocurra en otras ciudades. 
Después de veintiún años en Vigo (empadronado en la ciudad desde el primer momento, con lo que pago religiosa o ateamente, como usted prefiera, mis impuestos aquí), creo que esa tentación de vivir en una comparación permanente es uno de los grandes lastres de la ciudad. Me parece que haríamos mejor definiendo con precisión nuestras necesidades más urgentes (un transporte público más eficiente, una estación intermodal, una depuradora, mejores conexiones con otras ciudades, un mejor acceso al aeropuerto, menor suciedad, una mejor conducción, etcétera) y olvidándonos de si a ésta o a aquélla ciudad le han concedido o no una escalera a la Luna y de si somos más viejos o más jóvenes que las citadas. Y no me cabe la menor duda de que los periodistas, sobre todo los más comprometidos con Vigo, como usted, podrían hacer un gran servicio a la ciudad si poco a poco van olvidando a Leri y poniendo el acento en lo que esta ciudad es, con independencia de lo que otras sean o dejen de ser.

Agradeciéndole sinceramente la consideración que haya dedicado a esta comunicación, aprovecha la ocasión para saludarle atentamente